jueves, 25 de octubre de 2007

Coloreando el Mundo

En un Mundo desconocido...

...el cielo es gris, gris como las perlas que decoran las dentaduras de los amantes encaprichados, que al no estar enamorados no padecen del sufrimiento que conllevan las obligaciones comunes.

Los árboles son azules, azules como las bolsas de basura que se introducen en los cubos hogareños, unos cubos que declaran abiertamente los hábitos de la familia que le utiliza. Hábitos no siempre esperados.

El río es rojo, rojo como la sangre que mana entre una vena y una arteria de aquellos seres que disfrutan de la vida hasta morir sin saber lo que es sobrevivir.

martes, 23 de octubre de 2007

Cambio Chorrociento

En un Mundo desconocido...

...una bella princesa feliz que de tolerante era hasta boba. Quiso un día independiente vivir y de conseguirlo se encontró sola.

Primero se encontró en una cueva con dos monstruitos algo extraños. La cueva no tenía luz y escuchaba cada mañana unos truenos que le despertaban... Los monstruitos se peleaban y peleaban, casi se pegaban y se pegaban, así que corriendo salió a buscar una casa mejor.

En una casa de paja entró con todas las comodidades y allí en principio se quedó para encontrar buenas amistades. Esas amistades falsas tenían otras caras y aunque la casa era bonita con ellas no la disfrutaba.

Ahora se embarca en otra aventura, ¡a buscar nuevas compañías para sus desventuras! Aunque espera no tener ni una más, el destino no se sabe lo que le va a deparar.

viernes, 19 de octubre de 2007

Carta Anti-Amor

En un Mundo desconocido...

...un hombre escribió lo que sentía del amor, y así le quedó la carta de anti-amor:

Amor, querido lector, amor no es más que la manifestación de unos sentimientos hondos del corazón que sufre, pero entendamos sufrimiento no por aquello que nos hace mal, sino por aquello que hace cambiar. Un cambio que muchos agradecen, pero el humilde alma que habita en mi ser no comprende.

¿Qué necesidad tendría el saco de hueso que pronuncia estas palabras de llenar un habitáculo de su cuerpo para algo que no fuera necesario? ¿Cómo podría opinar mi espíritu que el amor es imprescindible en la vida si no es para saciar los deseos carnales de mi cuerpo? Para esto último no hace falta amor… sino un saquito lleno de oro ante el cual cualquier alma cándida se arrodillaría.

Cruel pueden sonar mis palabras para aquellos que creen ciegamente en algo que no se ve. Pero de acuerdo estará conmigo usted que los sentimientos no son otra cosa que imaginaciones de un alma anhelante.

Desde luego que sólo hay que mirar a nuestro alrededor para comprender que las almas anhelantes habitan cada palmo de esta tierra, cosa que no necesariamente significa algo bueno o malo, simplemente es una realidad que se produce en este mundo tan amoroso.

Pero si tuviera que expresar la opinión que me oprime el pecho más de una boca se quedaría abierta al saber que mis pensamientos van por derroteros opuestos al amor con una velocidad tan suprema que un científico conocedor de la velocidad de la luz sabría que yo la superaría multiplicado.

Mis razones están ocultas en mi ser y no quisiera arrastrar conmigo a nadie que no tuviera un pensamiento propio que ocultar. Y usted se preguntará cómo podría encontrar de tal manera a alguien a quien confesarle mis motivos, pero siento mucho decepcionarle ante mi persona para descubrirle que no necesito a nadie a quien confesar lo que pienso. No creo en el amor, porque no creo en la comprensión, por lo tanto no necesito ni amor ni comprensión.

Cierto es que esto me ha llevado a una vida muy solitaria… y por ello usted se está alejando de mi compañía. ¿Entiende usted ahora por qué no amo? Simplemente no soy amado y ni intenciones tengo de serlo algún día.

No quiero conmigo la responsabilidad de satisfacer un alma con un espíritu encantador, porque jamás podré llegar a encantar a nadie al no conocer hechizo ni conjuro alguno para poder hacerlo.

Mi desasosiego no consiste en llenar de ilusiones a una persona ajena a mí. Egoísta puede sonar esto, pero egoísta es lo único que me ha enseñado la vida a ser, aunque vuelva a sonar cruel. Pero entenderá usted que un alma abandonada por desprecio de las personas que en un supuesto debieron amarle hasta la muerte no tiene otra cosa que preocuparse que por sí misma, ya sea por costumbre o por convicción.

Demasiadas explicaciones he presentado ante nuestro querido lector. Quepa saber que existen muchas más, pero que en otra ocasión las daré, cuando un alma curiosa me quiera conocer.

jueves, 18 de octubre de 2007

Tirones de Orejas

En un Mundo desconocido...

...una sonrisa fue a parar al mundo de una oreja. Decidió que la oreja era fea porque tenía un pico muy raro en la esquina superior derecha, así que la mordió.

La oreja no sintió el dolor, pero escuchó el mordisco. Y decidió que era momento de volver a espabilar los sentimientos y recurrir a las palabras para escuchar algo más que no fuera otro mordisco de sonrisa.

Gracias por el tirón de oreja, sonrisita.