martes, 11 de diciembre de 2007

Conformismo

En un Mundo desconocido...

...un niño pequeño paseaba por las praderas de la injusticia buscando un poco de felicidad. Un buen día la encontró.

No sabía cómo se llamaba lo que sentía en su interior que hacía la vida más feliz, así que decidió buscar el nombre a ese sentimiento que le producía felicidad.

Fue a su madre y le preguntó:

- Mamá, ¿por qué siento felicidad si el mundo es muy injusto?

- Hijo, me alegra que seas muy feliz...

- No Mamá, no soy muy feliz, sólo siento un poco de felicidad.

"¿Qué más dará? Es felicidad..." pensó la madre y le contestó:

- Pues puede ser porque hayas encontrado la meta de tu destino o la senda de tu vida.

- ¿Y cómo se llama ese sentimiento?

- ¿Sentimiento? Pues ahora mismo sólo se me ocurre una cosa: equilibrio.

- Muchas gracias, Mamá. - Y el niño salió decepcionado de la cocina sabiendo que no había encontrado la respuesta. Decidió seguir buscando y se encaminó donde se encontraba su padre fumando una pipa y leyendo el periódico en un sillón que estaba delante de una televisión apagada.

- Papá, ¿cómo se llama ese sentimiento que percibes cuando eres feliz sin tener razones para ello porque el mundo que te rodea es muy injusto?

"¡Qué listo nos salió el puto niño de los cojones! ¡Me cago en la puta! ¿Y ahora qué le respondo para no parecer tonto?" Le miró directamente a los ojos por encima de las gafas con cristales de cubo de vaso tomando una gran calada de la pipa.

- Hijo, a tu edad sólo deberías preocuparte del siguiente juego que quieras jugar -le decía mientras se preparaba una respuesta que pareciera inteligente- Pero aún así es muy difícil de explicar, realmente. Yo personalmente creo que ese sentimiento se identificaría perfectamente con un sentimiento de superioridad.

- Eso no es un senimiento, Papá.

- Yo creo que sí, y otra cosa no te puedo decir, Hijo.

Decepcionado siguió buscando y tras hartarse de buscar decidió salir con los amigos y disfrutar realmente de su sentimiento, aunque no supiera cómo llamarlo.

Mientras paseaba por la calle se encontró con su amiga y ella le invitó a jugar. Aceptó encantado porque con su senimiento le daba igual con quién jugar. Ella le propuso jugar a las muñecas mientras un niño mayor paseaba a su vera escuchando la conversación. Él aceptó con un: "Pues vale, me da igual". Y el mayor entre dientes para que sólo el niño le escuchara le espetó:

- ¡Qué conformista eres!

Y el niño comprendió...

3 comentarios:

kutxi dijo...

mmmm... no sé, en principio el conformismo parece negativo, pero no sé. Creo que el conformismo total que impide intentar mejorar es chungo, pero un conformismo entendido como disfrutar de lo que se tiene en cada momento en lugar de lamentar lo que no se tiene sí me parece positivo. Aunque a veces es muy dificil.

Tal vez el secreto de la felicidad es darse cuenta de que no existe tal cosa salvo como estado transitorio.

Tampoco me hagas mucho caso que últimamente estoy de un nihilista que tiro p'atrás. :-D

Trocherana dijo...

Yo, si te das cuenta, no estoy buscando la felicidad. Estoy buscando un Mundo entero... Ahí cabe de todo, te lo aseguro, pero tengo que encontrarlo todavia, jeje. Aunque lo veo difícil, creo que tendré que pasar por tantos mundos como éste...

Katty dijo...

Hola guapa,a veces también me he planteado si conformarme con lo que hay y tratar de ser feliz con lo que tengo o no conformarme y buscar la verdadera felicidad, sin sucedáneos.
Como quiero ser feliz a toda costa, me conformo sin conformarme..No sé como explicarlo mejor xDD
Besitos