martes, 20 de noviembre de 2007

Moralejas

En un Mundo desconocido...

... Don Pájaro descubrió una cosa muy extraña y se lo contó a su hijo:

- Muy alto, en el cielo, más arriba de las nubes, donde habitan las estrellas, hay un niño pequeño que tiene miedo a la vida. No sabe hacer nada y no quiere aprender a hacerlo. Siente pavor ante el hecho de que se caerá, y no se levanta del suelo, tiene pánico a que no sabrá caminar, y no se mueve del sitio. Siempre anda aburrido molestando lo que pase a su lado con llantos que desquician al mismísimo Don Paciente. Hijo, nunca tengas miedo a volar porque en esta vida hay muchas cosas bonitas que descubrir. Si un día te caes, vuelve a desplegar las alas.

El hijo impaciente por descubrir lo que se siente cuando el viento te levanta hasta lo más alto del cielo desplegó sus alas para dejarse llevar. No esperó los consejos de su padre para hacerlo de manera adecuada y el viento le llevo muy, muy arriba sin que Pajarito controlara la situación. Chocó contra el niño que estaba en los cielos...

El niño empezó a llorar cuando sintió el impacto y Pajarito asustado quiso huir de ahí. Cuando fue bajando por el firmamento empezó a caer una gran tormenta. Truenos, rayos, lluvia, viento. Una gran confusión sintió en su cabeza.

Se cayó, impactó contra el suelo. Se dió un gran golpe en la cabeza y estuvo muy confundido durante varios minutos. Se sintió fuera de control y casi no recordaba nada. Sólo tenía la imágen en la cabeza de un niño lloriqueando.

La lluvia le resbalaba por el pico y supo entonces que tenía que volver a su casa, ¿pero dónde estaba? Escuchó las palabras de su padre: "Si un día te caes, vuelve a desplegar las alas." Y así hizo... desplegó las alas.

El vendaval le alzó en el cielo y le llevó muy lejos, seguía volando y volando sin aletear porque nadie le ha enseñado a hacerlo. Voló y voló muy lejos de donde estuviera. Hasta que chocó contra un nido y se aposentó ahí, junto a más pajaritos.

Don Pájaro descubrió con el tiempo que su hijo no se encontraba donde debería estar y le entró el verdadero pánico. "¿Qué habrá hecho mi hijo? ¿Dónde estará y qué le pasará?". Aún así salió en su búsqueda, a pesar del viento, a pesar de la lluvia, a pesar de los rayos, a pesar de los truenos. Y por más que volara no podía descender, no podía controlar la fuerza del viento que le llevaba hacia arriba.

Aturdido se levanta después de chocar contra algo muy duro: la rodilla del niño llorón. Y Don Pájaro se dignó a hablarle para intentar calmarle. El niño se calmó, y el tiempo se tranquilizó. Don Pájaro empezó a atar cabos y llegó a la conclusión que el niño controla el tiempo que hace en el planeta. Así se lo hizo saber:

- Hola, soy Don Pájaro y ya nos hemos visto una vez. Creía que eras un verdadero inútil, pero no es así.

- ¿No? ¿No soy un inútil? Pero si no puedo levantarme porque las piernas me tiemblan. Lo único que sé hacer es llorar desconsoladamenete (snif, snif).

- Y ahí es donde reside tu utilidad. Aunque no te lo puedas creer en la Tierra existen las lluvias y el mal tiempo. Alguien tiene que controlar ese Tiempo que hace en la Tierra y creo que tú eres el encargado. Cuando lloras, llueve y cuando lloriqueas, truena.

El niño se quedó pensativo durante un tiempo y empezó a buscar ventajas a controlar el tiempo.

- Intentaré ser más responsable con él. -y una sonrisa cruzó su cara alegre.

Don Pájaro volvió a bajar de las nubes y se encontró con el tiempo calmado. Siguió en la búsqueda de su hijo y finalmente lo encontró en otro nido.

Juntos se fueron de nuevo a su casa y Don Pájaro le contó la historia a su hijo con una pequeña moraleja: "Todos tenemos nuestra misión."

2 comentarios:

Susana dijo...

q cosa mas bonita xd...

Katty dijo...

Todos tenemos nuestra misión...pero muchos aún no saben cual es.